El ámbar, resina vegetal fosilizada
El ámbar, resina vegetal fosilizada.
El ámbar no es un mineral, es resina vegetal fosilizada proveniente de las coníferas, en su mayor parte en Europa.
También llamado succino (del latín succinum). Ambar proviene del árabe y cuyo significado es “que flota en el mar”, pues flota en el agua.
Su color más conocido o común es el amarillo, pero puede tener otros colores: el naranja o coñac, el rojo o cherry, el blanco, el café o cajeta, el verde azulado y, por último, el musgo o negro, que comprende todas las tonalidades oscuras del ámbar. Uno de los más valorados y cotizados es el rojo o cherry con procedencia de Chiapas, México.
Historia
Como ocurre con las piedras semipreciosas, encontramos usos simbólicos de esta resina vegetal fosilizada en todas las culturas.
En la Antigua China pensaban que el ámbar era la forma que adoptaba el alma de los tigres cuando éstos morían.
En la Grecia Clásica le daban el nombre de «elektron» ya que al frotarlo contra las prendas de lana producía electricidad estática.
En la Edad Media se consideraba que el ámbar protegía contra las maldiciones y los demonios por lo que era habitual llevarla como amuleto.
Ya en el Renacimiento fue considerado un amuleto que otorgaba belleza a las mujeres que lo portaban.
collar artesanal ambar
Propiedades
Son muchas las tradiciones que pensaban que el ámbar ayuda a regenerar los tejidos del cuerpo y además, cambia las energías negativas del cuerpo por energías positivas, lo que hace que sea especialmente eficaz a la hora de curar enfermedades.
El color amarillo-dorado del ámbar lo relaciona directamente con el poder del Sol y por ello, transmite alegría, energía y vitalidad. Elimina el estrés y hace que tanto nuestra mente como nuestro cuerpo se mantengan fuertes y estables.
Al mantener clara y despejada nuestra mente, el ámbar es un gran potenciador del intelecto además de ayudarnos a tener pensamientos positivos que mejoren nuestro humor.
La meditación con el ámbar nos ayudará a superar desequilibrios emocionales trayéndonos paz y estabilidad.
El ámbar destaca por sus intensas conexiones con la tierra.
Mentalmente, esta piedra energética estimula el intelecto, despeja la depresión y favorece un estado mental positivo, además de la expresión creativa. Aporta equilibrio y paciencia, y favorece la toma de decisiones, siendo de ayuda para la memoria. A nivel emocional, el ámbar favorece la paz y desarrolla la confianza.
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